lunes, 29 de octubre de 2012

Stand by


Mis agentes llevaban tiempo insinuando que pronto habría buenas noticias. Se suponía que por septiembre ya se sabría algo, pero parece que Elberg sigue acumulando polvo en los cajones de los editores. De repente, los augurios de mis agentes han cambiado radicalmente: parece ser que si consigo que mi novela vea la luz allá por 2014 ya podré darme con un canto en los dientes. Que este mundo es así y que si no me gusta ser paciente, que abandone. No pretendo darle ese gusto a nadie, así que opto por revestirme de nuevo con una mortaja de paciencia funesta y luctuosa.

Como no tiene sentido hacer propaganda de un libro que probablemente no vea la luz en muchos meses, voy a poner el blog en stand by hasta el día en que sepa, esta vez a ciencia cierta, que Elberg va a ver la luz de las estanterías.

jueves, 25 de octubre de 2012

Personajes de Elberg: Núria Pfeifraucher


Núria Pfeifraucher es un personaje que tiene una larga historia a sus espaldas, casi tanta como Ferire Manteia. Creo que la primera vez que la utilicé fue como protagonista de  una historia fantástica corta, de unas diez páginas, que escribí cuando tenía unos trece o catorce años. No recuerdo qué nombre tenía entonces, pero era una princesa cruel y altiva que guerreaba contra una facción rival. Para mí, Núria ha sido siempre un prototipo de personaje femenino muy interesante: una joven muy hermosa, pero vanidosa, brusca y fiera. Un personaje de estas características siempre crea conflicto y es muy especial en el trato, pero además es polifacético y tiene un gran margen de desarrollo y evolución.
Uno de los primeros dibujos que hice de Núria allá por 2003. Es muy feote, y a los lados tiene correccione shecha spor un profesor de la Joso.

La segunda aparición de Núria (portadora ya de este nombre) fue en otra historia corta e inconclusa que empecé a escribir para divertirme a los quince años. Trataba de un pueblo que sufría el ataque de unos vikingos saqueadores. Lo más especial de la historia era que estaba contada en primera persona, pero alternando la perspectiva entre tres o cuatro personajes. A veces se explicaba la misma escena desde varios puntos de vista distintos (llegando a ser algo repetitiva) pero como ejercicio de escritura fue muy divertido. Su carácter indómito la llevaba a salir espada en ristre contra los invasores vikingos a lomos de un caballo (pero caía muerta de un lanzazo poco después, y nadie echaba mucho de menos a una persona de tan arisco carácter xD).


Un año después, Núria fue también uno de los personajes principales de una de mis primeras novelas, “La Agonía del Destino”. Así pues, cuando la incluí en Elberg, era un personaje muy desarrollado y al que conocía bastante bien. Cierta editora, tras leer (y desestimar) mi novela, me confesó que le había encantado este personaje y que creía que “era uno de los personajes femeninos más bien escritos que había leído en mucho tiempo”. Me parece que no he recibido un mejor halago hasta la fecha. Así que, si queréis descubrir más acerca de Núria, ¡sumergíos en las páginas de Elberg!

 

jueves, 18 de octubre de 2012

Personajes de Elberg: Evander Alaric


Evander Alaric es el personaje principal de Elberg. Si la novela narra la historia de alguien, es la de Evander. Hay una buena variedad de personajes, y a lo largo de la narración vivimos los puntos de vista y los caminos divergentes de varios de ellos. Pero Evander es el catalizador que sumerge, tanto al lector como al escritor, en la trama y en el mundo de Balasta.

El primer dibujo que hice de Evander, justo cuandop empezaba a escribir la novela.
 
Quería escribir una historia de aventuras, una fantasía épica. Pero no deseaba que estuviera repleta de héroes poderosísimos o magias arcanas que transmutan el mundo. Quería experimentar la aventura desde un punto de vista humano y realista. Los héroes de este tipo de novelas suelen tener grandes poderes, o aptitudes especiales, están marcados por el destino y cumplen un papel que nadie más podría hacer. Pero, ¿qué pasaría si el héroe fuera un chico normal, alguien mundano como podemos ser cada uno de nosotros? ¿Qué limitaciones experimentaría? ¿Cómo enfrentaría y solventaría situaciones de peligro? ¿Qué sentimientos experimentaría ante la dificultad, ante lo desconocido? Sus únicas herramientas serían la voluntad, el ingenio y el esfuerzo. Esta es una novela de capa y espada, pero, tal como dice el sacerdote de su pueblo, Evander está más dotado para ser monaguillo que espadachín. Quería que Evander fuera ese tipo de protagonista.

 
Pero Evander no es un joven del todo corriente. Dentro del contexto que lo rodea, tiene muchas peculiaridades. En una época y lugar donde el analfabetismo y la ignorancia son la norma, él muestra ciertas inquietudes. Es un soñador y un inconformista, pero también un inocente y un inseguro. Si hubiera que definirle con una problemática, esta sería que no encaja en su entorno. Muchos adolescentes se sienten incomprendidos, y Evander tiene motivos para ello. No obstante, pronto descubrirá que la vida puede ser mucho más dura e intransigente y que el camino para convertirse de niño a hombre no es plácido ni fácil. Si queréis descubrir más acerca de él, ¡sumergíos en las páginas de Elberg!

 

sábado, 13 de octubre de 2012

Personajes de Elberg: Ferire Manteia


La idea de crear un blog me venía rondando por la cabeza desde hacía tiempo. Sin embargo, fue mi agencia literaria, página tres (http://agenciapaginatres.blogspot.com.es/), quienes me impulsaron definitivamente a ello. Me sugirieron que escribiera varios posts presentando a los personajes principales de la novela. Al fin me pongo a ello.

 
He decidido empezar presentando a Ferire Manteia, y ésta va a ser con diferencia la entrada más larga. No es el personaje principal y, de hecho, es uno de los puntos de misterio esenciales de la novela. ¿Cómo, pues, presentar y escribir tanto sobre un personaje que debe permanecer misterioso? Pues contando su historia. No la historia de la novela, sino su historia como personaje en sí. A continuación presento la página que le dio vida por primera vez.

 

Ferire Manteia nació el día uno de enero de 2003. En la parte superior derecha hay una anotación: “Fecha: 01-01-2003 ¡con el nacimiento de un nuevo año, nace un nuevo personaje!”. Yo tenía catorce años y estaba dibujando sentado en mi cama, usando como apoyo un libro. Ferire nació a medida que el lápiz definía sus rasgos, pero también me preocupé de buscarle un nombre con significado, pues por aquel entonces yo estaba muy interesado en las etimologías y las raíces griegas y latinas de nuestro vocabulario (no en vano me compré un diccionario de latín, aunque nunca he tenido tal asignatura). También me había picado la curiosidad por la aritmomancia, una forma de “adivinación” basada en nombres y números derivados de las letras del alfabeto. En el margen izquierdo se ven anotaciones sobre las implicaciones que el nombre comportaba, aunque no me basé en ellas para definir el carácter del personaje: más bien, me sentí complacido al ver que se aproximaban bastante a la idea que yo tenía acerca de cómo iba a ser. Tras la hoja había un resumen general de la historia de la que Ferire iba a ser protagonista. Estaba ambientada en el territorio franco del año 771 d.C, tras la muerte del rey Peino el Breve. Sus dos hijos Carlomagno y Carlomán habían guerreado por el territorio del reino, siendo Carlomagno el vencedor. Ferire sería uno de los partidarios de Carlomán que se ve expulsado de sus tierras y se convierte en montaraz, defendiendo un pueblo clandestino ubicado en el interior de los bosques.

 
Tal historia no pasó del estado de proyecto. Ferire siguió evolucionando gráficamente, pero era un personaje sin contexto. Al final llegué a utilizarlo como avatar o alter ego en diferentes medios (proyectos, partidas de rol o conversaciones en un curioso chat llamado Camelot, de temática friki y fantástica). No fue hasta 2007 que se convirtió en protagonista de una historia, titulada con muy poca originalidad “Las aventuras de Ferire” (sí, se me da horriblemente mal poner títulos). Lo que empezó como una historia corta de 22 páginas, se convirtió en un capítulo de una novela bastante larga. Mi primera novela hecha y derecha, y la que luego me impulsó a escribir Elberg. Esta historia estaba ambientada en el universo de Warhammer, en un contexto temporal futuro y que me proporcionaba libertad al mismo tiempo que me aportaba toda la riqueza de su trasfondo (me inspiraban mucho las novelas de Gotrek y Félix). Ferire tenía veintitrés años y era un renegado bretonianao que escoltaba a un erudito repipi llamado Adelbertch.

Las apariencias de Ferire en 2004 y en 2007, respectivamente. 

Muchos de los personajes principales de aquella novela hacen una aparición en Elberg, en un guiño a mí mismo y no queriendo desaprovechar unas creaciones con las que me sentía ya cómodo. Ferire Manteia, no obstante, ya no es un jovenzuelo en Elberg. Rebasa los cuarenta años y tiene mucho a sus espaldas. Sigue siendo un espadachín vagabundo, un viajero curtido sin patria y con un sentido del honor un tanto particular. Es un hombre de pocas palabras, austero y hosco, pero con mucho que ofrecer… Si queréis descubrir más acerca de él, ¡sumergíos en las páginas de Elberg!
Ferire Manteia tal como aparece en Elberg.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Diario de un escritor (IV)


Sobre Elberg



Pero no pasaba nada. Ya sabía como se escribía una novela hasta el final. Ahora iba a hacer una que pudiera publicarse. Aunque me costó mucho ponerme a ello: había vivido tan intensamente “Las aventuras de Ferire” que sentía que no sería capaz de crear unos personajes que fueran tan interesantes o que me importaran tanto como los de esa novela. Afortunadamente, me equivocaba. Retomé una antigua idea que había surgido antes de escribir “Las aventuras de Ferire”, una que se basaba en la vida de unos jóvenes en un pintoresco pueblo medieval y en cómo ésta evolucionaba hacia grandes aventuras. El origen de la idea, creo, venía de ese sentimiento que tenía cuando era pequeño, cuando, instantáneamente, era capaz de trasladarme del mundo real al imaginario, cuando la cotidianidad se transformaba maravillosamente en una aventura.


Ya existían algunos escritos de Elberg: concretamente, unos pocos capítulos repartidos en unas 20 páginas, que narraban casi exactamente lo mismo que los primeros capítulos de la novela actual. Al releerlo, me pareció que resultaba muy entretenido y rápido; condensaba mucho en pocas páginas. Sentí que tenía algo que no había sabido plasmar en “Las aventuras de Ferire”. Reescribir el principio de la novela me costó mucho, pero el resto es historia. La terminé el 27 de Abril de 2009, a los 19 años.
Este es uno de los mapas que dibujé antes de ponerme a escribir la novela. Hice tres o cuatro de estos, cada uno con un zoom distinto de la región, desde el país entero hasta esta planta del poblado. Cuando se quiere describir una población con detalle es imprescindible tener claro de antemano la forma en que está compuesta: a qué distancia se encuentra de otras localidades, cómo se distribuye urbanísticamente, en qué se basa su economía, dónde se encuentran las infraestructuras de producción, el número de habitantes, donde residen los personajes principales y secundarios...

martes, 28 de agosto de 2012

Diario de un escritor (III)


Sobre mis primeras novelas


 
A partir de entonces, mis ocasionales escritos fantásticos se ambientaban en el mundo de Warhammer, que llegué a conocer muy bien. Sin embargo, escribía para mí mismo. Las historietas a menudo estaban protagonizadas por mí y amigos, conocidos y enemigos del mundo real. Era una vía de escape, supongo. También hubo una época especialmente deprimente en que volcaba mi angustia en pequeños escritos metafóricos; una especie de catarsis que, una vez expulsada de mi cuerpo, guardaba bajo llave para que nadie pudiera ver jamás.


Cuando superé esa etapa tan negra, ya con unos 15 años, empecé a escribir la que podría ser llamada mi primera novela. Estaba ambientada en un mundo muy influenciado por Warhammer, y el protagonista era una versión de mí mismo de 19 años, un alter ego nacido y educado en ese mundo (no en vano, la novela estaba escrita en primera persona y no era más que una de esas fantasías adolescentes). Así mismo, los principales personajes eran mayormente versiones de mis compañeros de clase. La novela se quedó inacabada, y la finalicé unos años después sólo por darle una conclusión. Ocupaba 64 páginas en Word, y era otra de esas historias personales e íntimas que nadie debería ver nunca.
 

A estas alturas, me encontré con un problema. Estaba muy orgulloso de lo que escribía, pero no podía compartirlo con nadie. Así que a los 16 empecé otra novela con situaciones y personajes que no estuvieran íntimamente relacionados con mi persona y mis frustraciones. Se llamaba “Deus ex machina”, y trataba principalmente sobre la pugna de Olaf, un inadaptado montaraz, contra una sociedad fuertemente teocrática, todo ello mientras crecía la amenaza de los misteriosos trasgos. Tenía algunos personajes bastante interesantes, como un duende (mi versión de un “duende”) bastante canalla. A diferencia de mis otros escritos, éste estaba narrado en tercera persona. Al final, acabé lo que sería el “primer tomo”, que constaba de 45 páginas de Word, y que dejaba la historia por concluir. Pronto vi que ésta no iba a ninguna parte; no había planificado nada, iba improvisando a medida que escribía, como siempre había hecho, por puro placer. Al final perdí el interés por ella y se quedó en una media historia.
 

Entretanto, había seguido dibujando cómics, y llegué a completar algunos de mucha longitud. Era otro formato en el que contaba mis historias. A los 17 años conseguí, al fin, un grupo con el que jugar a rol, algo que llevaba tiempo deseando. Desempolvé un antiguo manual de “Warhmmer fantasía: el juego de rol”, y me dispuse a ejercer de todopoderoso master. Y aquí fue cuando surgió mi primera verdadera novela.
 

No sé a qué fin servía primero la historia que inventé. Puede que fuera una historia que escribí sobre la que decidí hacer una aventura de rol, una aventura que se merecía ser redactada. Pero sí sé de dónde vino la inspiración: de cuarto milenio (programa muy cuestionable pero que yo veía bastante a menudo por aquél entonces). Estaban contando el caso de la “torre de Jung”, y ello me alentó a escribir una historia de miedo y de fantasmas. Estaba ambientada, cómo no, en el universo de Warhammer, y protagonizada por Ferire Manteia. Éste personaje tiene una larguísima historia, pero éste fue su debut como personaje literario. Lo que empezó como una historia corta de 22 páginas, pronto empezó a alargarse. Las relaciones que se habían establecido entre los personajes en esas páginas y el potencial de infinitas aventuras del mundo de Warhammer me llevaron, sin ser consciente, a embarcar a estos personajes en una aventura enorme y épica que se extendió en dos tomos y 124.000 palabras. La terminé el 10 de Agosto de 2008.
 

Mientras la iba escribiendo, mi padre, un veterano lector de fantasía y ciencia ficción, y mi novia, me iban corrigiendo capítulo a capítulo y dándome su opinión. Cuando la tuve acabada, pensé: “¡pero si tengo una novela con todas las de la ley!”. Y si las personas que la leyeron la habían disfrutado, ¿por qué no intentar que la leyeran más personas? Por primera vez me planteé la idea de poder compartir mis historias con los demás, de presentarles a mis personajes y que los sintieran tan suyos como yo los sentía míos. Y me gustó.  
 

Pero “Las aventuras de Ferire” (pues tal era el ortodoxo nombre de la novela (siempre se me ha dado fatal poner títulos)) tenía un problema: el mundo en que estaba ambientada era propiedad de Games Workshop. Las localidades, topografía, sistema político, el sistema de la magia y la naturaleza del Caos, todo ello estaba demasiado enraizado en los fundamentos de la novela como para poder alterarlo sin que ésta se viniera abajo. Incluso busqué información en Black Library, la editorial que publica las novelas de Warhammer, pero era imposible siquiera hacérsela llegar. Durante unos meses estuve maldiciéndome por no haber nacido en un país de habla inglesa.
Una de las portadillas de "Las Aventuras de Ferire". Cada capítulo tenía una de estas.

domingo, 19 de agosto de 2012

Diario de un escritor (II)


Sobre mis primeras lecturas



Durante los años que siguieron me decanté mucho más por el dibujo y los cómics que por la escritura. Mi afán lector no empezó de verdad hasta los 10 u 11 años, creo. Me parece recordar que, como tantos otros niños, el libro que me enganchó de verdad a la literatura fue Harry Potter. Poco después descubrí El Señor de los Anillos. Mi interés por este libro empezó de forma curiosa: un compañero de clase lo tenía, y esa edición del libro venía con un mapa desplegable. Me gustó tanto ese mapa, que cuando llegué a casa le pregunté a mi padre si teníamos “ese libro”.

La verdad es que nunca he leído la obra íntegramente, pero creo que Tolkien me influyó bastante. Por aquella época, con 12 o 13 años, escribí pequeñas escenas imitando su estilo (cosas como un grupo de gente acampando antes de que cayera la noche o unos aventureros luchando contra un dragón). Cuando se los enseñé a un profesor, me dijo que de qué libro los había sacado, y se quedó algo perplejo cuando le dije que lo había inventado. 

A los 14 descubrí la saga de novelas que más me ha influenciado. Por aquella época se pusieron muy de moda las miniaturas de Warhammer. Fascinado por éstas y por el mundo fantástico en que se ambientaba la franquicia, le pregunté a mi padre si tenía alguna novela basada en él. Y resultó que sí. Los personajes de Gotrek y Félix y sus truculentas aventuras, de la mano de William King, fueron una increíble revelación para mí.

Ilustración que hice el Junio pasado para el concurso del Games Day, de los personajes de William King. Siempre había querido rendirles homenaje.

martes, 14 de agosto de 2012

Diario de un escritor (I)

A menudo busco conocer las vidas personales que hay detrás de cada novela y cada escritor. Esos mundos ficticios y repletos de personajes tienen origen en la mente de una sola persona, su autor. Y como autor que soy, siento un gran interés por conocer a la persona que hay detrás del libro, qué les ha motivado y, sobretodo, cómo han llegado a publicar o al éxito.

Llevo tiempo pensando que me gustaría dejar algún tipo de registro de mi experiencia personal y que, tal vez, algún día alguien la encuentre interesante o provechosa. Así que empecé a escribir un "diario de escritor" hablando de las etapas que he seguido y que culminará en el momento en que consiga la edición (aún no ha llegado, pero llegará).

Hay que empezar por el principio:


Sobre cómo empezó todo


Desde que recuerdo me ha gustado vivir de mi imaginación. De pequeño nunca me aburría de jugar solo; me tomaba muy en serio mis fantasías. Creo que mi primer método para plasmar estas fantasías fue a través del dibujo, y en algún momento empecé también a escribir.

De bien pequeño, me dio muy fuerte por dibujar cómics. Mis primeras influencias fueron autores españoles como Francisco Ibáñez, o héroes de pacotilla como Súper López. Cree mis propios personajes: apenas recuerdo una pareja de ratones que debían enfrentarse a un gato mecánico o a Mr. Boom, un “superhéroe” cómico cuya cabeza estallaba cuando perdía los nervios. Por supuesto, luego intentaba vender estos cómics a mis familiares por 25 pesetas (vaya niño pesetero).

Pronto sentí la pasión por Dragon Ball, y los temas de mis cómics cambiaron. Éstos fueron, creo, el paso intermedio entre mi afición por el dibujo y mi afición por la escritura. Cuando iba a segundo o tercero de primaria gané los juegos florales de mi escuela con un relato de una página titulado “El dragón que no tenía amigos”. Recuerdo que quería escribir algo sobre alienígenas o súper guerreros, pero ya a esa tierna edad, pensé: “a los profes no les gustan ese tipo de historias, escribe algo constructivo y a lo mejor ganas”. Y ése fue todo el éxito literario que he visto en mi vida hasta ahora.

Uno de los dibujos más antiguos que conservo, de cuando tenía cinco ó seis años, creo.

lunes, 13 de agosto de 2012

Inauguración


¡Hola a todos! Inauguro este blog para darme a conocer: un autor necesita llegar a un público, y éste es un buen método. A fecha de hoy no tengo en mi haber ningún trabajo publicado, pero podría ser que esto cambiara pronto. Entretanto, en las entradas podréis encontrar desde ilustraciones a historias personales relacionadas con mis campos profesionales, entre otras cosas, probablemente.

¡La página web vendrá en breve (espero)!