sábado, 20 de diciembre de 2014

De mapas va la cosa

Después de rehacer los mapas para Elberg, me di cuenta de que el mapa de Triunvirato daba bastante penita. Había sido hecho un poco a las bravas y con prisa, con fines utilitarios, para tener algo que enseñar junto a la novela.

Pero Triunvirato se merecía algo mejor. Así que puesto en faena con el tema mapas, que son muy divertidos de hacer, le di el mismo tratamiento a éste. Quería que tuviera un tono propio, acorde con el de la novela. Es curioso la personalidad que puede destilar un mapa a través del color, las texturas y la tipografía. Traté de que todos ellos congeniaran para conseguir una imagen que transmitiera una atmósfera muy particular, alejada del mapa de fantasía genérico. 


viernes, 19 de diciembre de 2014

Actualización de los mapas de Elberg

Cuando tenía 11 o 12 años, lo que me llevó a empezar a leer El Señor de los Anillos por vez primera fue el mapa desplegable que descubrí en la edición de un compañero. Tal mapa me fascinó, nunca había visto nada igual en una novela.

Hoy en día es de cajón el hecho de que cualquier novela de fantasía que se precie debe tener su propio mapa, por motivos prácticos y estéticos. Es una seña de identidad.

En cualquier caso, desde el día en que vi aquel mapa de la Tierra Media, he sentido fascinación por los mapas de fantasía. Siempre ha sido muy importante para mí que Elberg tuviera unos buenos mapas, así que tocaba actualización de los mismos.

He aquí el mapa político del continente.

Y aquí el mapa detallado del Reino de Balasta.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Nueva portada de Elberg


He aquí la tan necesitada actualización de la portada de Elberg, la cuál llevaba meses, sino años, queriendo hacer. No quería cambiarla radicalmente, pues la idea me gustaba y la creía bastante acertada. He intentado mantener el mismo el mismo tono y la misma escena, una imagen que sugiera y deje mucho a la imaginación del observador.


He aquí una comparación de ambas portadas, para apreciar la evolución y los cambios. Pronto tocará actualización del mapa.

Triunvirato


He aquí la portada de la última novela en la que he estado trabajando. Fantasía oscura, truculenta y misteriosa. Puede que pronto hable más aquí de ella, quién sabe.


Y cómo toda buena novela de fantasía, he aquí el mapa, imprescindible para situar al lector en la acción y la trama.

Complejo de Quijote


Otra ilustración de portada para Guillermo Presti, que representa una actualización de la imaginería quijotesca, la obcecación y locura de lanzarse contra un enemigo gigante e imaginario.

martes, 2 de diciembre de 2014

Sobre el calendario

Mi propuesta original para el calendario era éste primera imagen. Una ilustración muy foterrealista con multitud de texturas y trazos pictóricos.


Fué rechazada en favor de este estilo cartoon e infantil. Una lástima, porque ya tenía más de 7 ilustraciones terminadas y hubo que tirar a la basura 2 semanas de trabajo y volver a empezar.


lunes, 1 de diciembre de 2014

Calendario 2015

Este año toca repetir calendario, y éste es el resultado del trabajo. Empleando un estilo acorde con el del pasado año, esta vez la idea y temática se ha centrado más en jugar con el slogan y en crear imágenes potentes y coloristas.













lunes, 9 de junio de 2014

Nosotros Tres


Ilustración para la portada para la novela de Guillermo Presti, "Nosotros Tres", a falta de maquetación que corre a cargo de otra persona. Actualizaré con la imagen final una vez esté finalizada.

viernes, 6 de junio de 2014

Diario de un escritor (VII)

Ya van siete de estas mierdas, que no se las lee ni mi abuela, pero bueno, de tozudo me llaman asno y de ingenuo gilipollas. Así que sigo con las entradas que relatan mis vivencias respecto al mundo literario y editorial sin perder la esperanza que en un futuro más o menos lejano alguien encuentre interesante la información que comparto.


Sobre Sandra Bruna


A veces pienso que mi camino ha estado lleno de casualidades, y eso que no creo en ellas. Digamos, pues, que estuve en el lugar adecuado en el momento preciso, y que si los acontecimientos hubieran sido un poco diferentes, todo habría cambiado. Para peor, seguramente.

Mi relación con Sandra Bruna empezó gracias a mi hermana y a una de estas “casualidades”. Resulta que, durante las jornadas culturales de su instituto, invitaron a Francesc Miralles para dar una charla sobre su última publicación, “Retrum”. Mi hermana Marta tuvo la acertadísima desfachatez de comentarle a Francesc que tenía un hermano que tenía una novela entre manos y que quería ser escritor, y él, muy amablemente, le dijo que podía ponerme en contacto con él y que podría aconsejarme. 

Así pues, en cuanto supe la noticia, le envié una copia a su correo electrónico. Francesc le echó una ojeada a la novela y un cable a mí. Su consejo fue que modificara la estructura de los diálogos, en concreto, de las acotaciones. Hay tres formas de acotar:
           
  • Hola –dijo Pepe.

  • Pepe dijo:
Hola.

  • Hola.
Cuando Pepe dijo esto…

Reiteraba el uso de una de las estructuras, así que repasé todo el manuscrito para incorporar las otras. Lo envié al agente que me recomendó: Sandra Bruna. Poco o nada sabía yo por entonces de ellos. Me pidieron primero una sinopsis y el primer capítulo. Al cabo de poco, me dijeron que estaban interesados en leer la obra completa, y se la hice llegar en papel. Vale decir que, pese a lo escueto de nuestras interacciones, percibí un tono de cordialidad que pocas empresas del sector editorial me han transmitido.

El tiempo pasó. No recibí noticia alguna de Sandra Bruna ni de Versátil en prácticamente un año. El segundo año de espera infructuosa y agobiante. Al final, acabé por olvidarme bastante del tema, en parte porque ya había experimentado un año de eterna espera, y porque no tenía demasiadas esperanzas. No se puede vivir tanto tiempo pendiente de una noticia que ni sabes cuándo puede llegar ni si será buena o mala; te destroza los nervios. Y así pasó otro año más.

Poco antes de Abril de 2011 recibí un correo de Sandra Bruna. Decía lo siguiente:

“Hola Carlos : Junto a nuestra comunicación tipo, quiero comentarte que tu propuesta es muy buena y ha tenido un buen informe de lectura. Tal y como te digo, los momentos editoriales por los que atravesamos, hacen que no solo estos conceptos cuenten a la hora de considerar las posibilidades de un texto. Creo que Elberg es perfectamente publicable, y probablemente otra agencia pueda profundizar más en la gestión, de lo que nuestras actuales posibilidades nos permitirían.
Te deseo mucha suerte.”

Bueno. Era otro “no”, pero al menos me habían enviado algo más que la odiosa carta tipo. Decían que era perfectamente publicable. Yo pensaba lo mismo, pero lo importante era que alguna editorial también lo pensara. Ellos, al fin y al cabo, no eran una editorial, y su negativa no me dolía tanto. Aunque entonces no acababa de entender la importancia del papel del agente literario, sí sabía que Sandra Bruna tenían un peso muy importante (fueron ellos los que descubrieron a Ildefonso Falcones y la Catedral del Mar, por ejemplo). Y pensar que ni siquiera con el patrocinio de un escritor consagrado me habían aceptado, me hizo perder cierta confianza en mis probabilidades y en el estado del mercado editorial.

El día siguiente lo pasé buscando en directorios de Internet todas las editoriales españolas interesadas en publicar fantasía, inspeccioné sus web y mandé correos, sinopsis y manuscritos. También les escribí a Versátil, informándoles de mi rechazo por parte de Sandra Bruna, tal y como me habían pedido, aunque ya no esperaba respuesta por su parte.

Y aquí es donde intervino otra de esas “casualidades”. Hacía muy poco que había empezado a utilizar Facebook. Siempre había sido reticente respecto a este tipo de redes sociales, misántropo y huraño como soy, y se me habían acumulado varias solicitudes de amistad. El caso es que, por algún motivo que no alcanzo a comprender (tal vez fuera por aburrimiento, por derivación social, por lo que fuera), llevaba tal vez un par de semanas utilizándolo. Uno de mis contactos era un antiguo compañero de Aula de Escritores. No sé tampoco por qué aquel preciso y aleatorio día le saludé, hablamos, y acabé comentándole las últimas noticias de mi novela: el rechazo de Sandra Bruna. Él me dijo que al día siguiente venía un agente editorial a Aula de Escritores a dar una conferencia, y me invitó a pasarme. No sé tampoco porque accedí, decidiendo, contra todo pronóstico, saltarme la sagrada clase de karate a la que nunca faltaba. Tal vez fuera porque me apetecía, una vez más, rodearme de gente que escribe, que tiene anhelos literarios y profesionales. El caso es que fui.

Y resultó que el agente no era otro que Joan Bruna.

¿Qué habría pasado si Francesc Miralles no hubiera ido al instituto de mi hermana, o si ella no le hubiera hablado de mí? ¿Qué habría pasado si no hubiera decidido conectarme a Facebook por aquella época; si no hubiera hablado ese preciso y concreto lunes con mi antiguo compañero, o si él no me hubiera comentado que, precisamente al día siguiente, iba a venir un agente literario? ¿Y si ese agente literario no hubiera sido Joan Bruna? Me da miedo pensar lo fácilmente que todo podría haber salido completamente mal.

Escuché su conferencia, y cuánto más oía más ganas me daban de poder trabajar con una agencia como la suya. Cada vez me daba más pena que no me hubieran querido representar. Pero también dijo cosas que me alegraron el ánimo. Cada semana Joan, personalmente, recibía del orden de 50 propuestas (sinopsis más un capítulo), de las cuales sólo un 3% pasaban a la siguiente fase: solicitar el manuscrito entero. Bueno, al menos yo había sido de ese 3%. Luego comentó que en los últimos meses algunos de sus comunicados a los aspirantes se había retrasado por un motivo: el estado del mercado literario. La agencia ya contaba con 170 representados y, enfrentados a la bendita crisis, no se podían permitir aumentar significativamente ese número. Así pues, de ese 3%, si una novela recibía un informe de lectura “bueno” era desechada automáticamente. Si tenía un informe “muy bueno o excelente”, se quedaba sobre la mesa de Joan en espera de una mejora de las condiciones económicas. Llegaron a tener 21 candidatos en espera, “el club de los 21”, les llamaban. Y, como supe más tarde, yo era uno de ellos.

No iba a ser menos que mi hermana, así que en cuanto Joan acabó su conferencia fui a asaltarlo. El problema es que lo asaltaron 10 personas antes que yo, cada una con sus propios intereses e inquietudes profesionales. Se hacía tarde y Joan era avasallado sin pudor, mientras yo esperaba educadamente. Al final pude presentarme en un minuto y decirle que una semana antes me habían rechazado. Él me invitó a ponerme en contacto con él para hablar con calma, y al día siguiente le escribí un largo e-mail comentándole mis inquietudes. Y ésta fue su respuesta:

Hola Carlos : Leyendo tu correo, me parece que me planteas demasiadas cuestiones para responderte por escrito. ¿ Te iría muy mal pasarte un día por la agencia y lo comentamos tranquilamente?.  En parte es que no quiero perder contacto con Elberg, que como te dije con total sinceridad, creo que tiene futuro, al igual que tu como autor. Si no te importa venirnos a ver, dime tus disponibilidades de tiempo y buscamos fecha.”

¿Que si me iría muy mal? Era la mejor noticia que había tenido en todo un año. Así que decidimos vernos el jueves siguiente. Una larga semana de tensa espera. Y tras la reunión me quedé igual.


Efectivamente, tenía cierto interés en mi obra. Creía que “tenía algo”, algo que valía la pena. Pero no podía darme garantías. Así que me pidió que se la volviera a enviar para una segunda lectura y valoración. ¿De qué me suena esto? Estaba otra vez al filo de la navaja, con la losa del tiempo y la incertidumbre sobre la espalda y con mi sueño colgando de las manos de alguien que, según su criterio, decidiría si estaría un paso más cerca de culminarlo. 

martes, 3 de junio de 2014

Diario de un escritor (VI)

Sobre Versátil

Pasó el mes y seguía sin noticias de la editorial, así que decidí llamarles. La editora me contestó muy cordialmente diciéndome que tenían más trabajo del previsto y que tardarían algunos meses más en leerse mi manuscrito y que, probablemente, hasta septiembre no podrían decirme nada. Tocó pasar un verano de nervios e incertidumbre, pero estaba convencido de que estaría publicando en breve. ¡Ja! Qué arrogancia más ingenua.

Pasó septiembre y seguía sin noticias. Llamé de nuevo y, con igual cordialidad, la editora me dijo que tenían mucho trabajo y que no volviera a molestarla más por ese asunto. Avergonzadísimo, no volví a tocar el teléfono en meses.

El tiempo pasaba y no recibía noticias. Durante este año asistí al curso de novela I de Aula de Escritores y realicé unas valiosas modificaciones en la estructura de la novela gracias a las críticas de mis compañeros. También envié la novela a alguna editorial más, pequeñas sobretodo, por probar, pero la mayoría me dijeron directamente que la fantasía no iba con sus planes editoriales o me rechazaron tras leer la sinopsis. Una de ellas tuvo la desfachatez de decirme lo siguiente con sólo leer un capítulo:

Encontramos su novela muy interesante y de gran valor literario.
Sin embargo lamentamos comunicarle que en estos momentos no se ajusta a bla,bla…”

El 12 de noviembre envié a Versátil un e-mail con algunas ilustraciones que había realizado para la novela (como excusa para hacerles saber que seguía a la espera) y recibí como respuesta que se la habían empezado a leer y que les estaba gustando mucho. Pasé las navidades emocionado, inquieto e impaciente, igual que el verano.

Era el 15 de Abril y seguía sin noticias. Ya no podía más con la espera, y raro es que no me saliera una úlcera de estómago. Había pasado un año entero desde que enviara la novela y, entre resignado y enfadado, mandé el siguiente correo a Versátil:

Puede que recuerdes el manuscrito titulado "Elberg" que os envié el año pasado. Según tengo entendido estaba siendo leído sobre diciembre-enero; supongo pues que si no he recibido noticias es porque ha sido rechazado. En cualquier caso, si es posible, me gustaría saberlo.
Disculpa por la petición y gracias.”

Intenté ser lo más educado posible, pero me parece que mi estado de ánimo translucía. Y finalmente recibí una respuesta: se comprometían a tenerlo leído en un mes como mucho. Y así fue. Recibí un e-mail en el que la editora decía querer reunirse conmigo en una semana. Quería “comentarme algunas cosas”.


¿Habría dado resultado mi insistencia, mi larga espera? ¿Iba a ver cumplido mi sueño? Pues no. Pero al menos la editora se tomó un rato para hablarme cara a cara, apuntar lo bueno de la novela y lo malo (mucho de lo cual había sido corregido durante este año). Estaba decepcionado, pero al mismo tiempo contento: era mi aproximación tangencial más cercana al mundo profesional hasta la fecha. Y pese a todo, mi novela parecía tener muchos puntos buenos. Le comenté las modificaciones que había realizado y que estaba a punto de enviar la novela a Sandra Bruna. Ella me dijo que le había hablado de mí a un agente, que la mantuviera informada de cómo avanzaba lo de Sandra Bruna y que le reenviara la novela corregida para volvérsela a mirar. Parecía estar dándome una segunda oportunidad. 

Primer plano random de Elissa

miércoles, 7 de mayo de 2014

Apuntes del natural

Siguiendo con las entradas dedicadas a ejercicios con técnicas tradicionales, a continuación vienen unos apuntes tomados del natural con pinturas acrílicas. Los escenarios retratados corresponden al parc de la Ciutadella y al zoo de Barcelona.




martes, 6 de mayo de 2014

Acuarelas

Rescatando del olvido algunas acuarelas de hace un par de años.
 
Primero, unas naturalezas muertas de botellas y botijos.
 


Un paisaje ficticio improvisado en base a una naturaleza muerta.


Bocetos de tiburones realizados en busca de una técnica mixta entre grafito y acuarela.




martes, 22 de abril de 2014

Punto de libro Sant Jordi

He aquí un punto de libro encargado por Grupo Témporing (el mismo cliente para el que realicé el calendario). Será entregado como material promocional este Sant Jordi de 2014.

lunes, 21 de abril de 2014

lunes, 14 de abril de 2014

Diario de un escritor (V)

Sobre mis primeros pasos en el mundo editorial

Aún no había acabado de escribir Elberg cuando, al llegar a casa un fin de semana, me encontré un libro sobre mi mesa. Mi padre me lo había comprado para que le echara un vistazo: lo había publicado un chaval de 21 años y trataba de fantasía. Era “Cuentos de Bereth”, de Javier Ruescas. No se correspondía con el estilo de mi novela, pese a ser de fantasía, pero pensé: “si él lo ha conseguido, yo también puedo. Mi novela también es buena”.

Pero, ¿por dónde empezar? No tenía ningún conocido en el mundo editorial. No conocía a ningún escritor o agente literario, ni siquiera a un becario que le llevara los cafés a un editor. Lo primero que hice fue visitar la web de este autor novel cuya trayectoria quería imitar. Allí entré en el foro y vi que había una sección en la que algunas personas colgaban dibujos inspirados en la novela, así que decidí que yo también podía hacerlo. Y resultó: mis ilustraciones llamaron la atención del autor, que se puso en contacto conmigo. Era un principio.

Me enteré que en breve iba a venir a Barcelona a presentar su libro, así que fui. Allí, tras muchos nervios e inseguridades, reuní el valor para presentarme a la editora de Versátil (y de paso a la directora, a la ilustradora y al mismo Javier Ruescas, por supuesto) y me dijo: “¡ah, tú eres el de los dibujos!”. Le pregunté qué tenía que hacer para hacerles llegar mi obra y prometí enviársela en cuanto la tuviera lista.

A estas alturas ya casi no me quedaba nada por hacer. Cuando le hube puesto punto final a “Elberg” me pasé una semana entera en una cafetería releyendo y revisando (pasando de ir a clase) y al final fui con toda la ilusión del mundo a llevársela a la editora. Lamentablemente, los editores no reciben los manuscritos en mano, y fui despachado fríamente por una secretaria. Mi viaje no había sido tan fructífero como esperaba, ¡pero al menos en un mes aproximadamente iba a tener noticias!

Entretanto, una amiga de mi madre que tenía algún tipo de trato con los de Roca editorial me consiguió un e-mail de contacto. Les mandé, tal como me pidieron, una sinopsis y el primer capítulo, y poco después me pidieron que les enviara la novela entera. Estaba emocionadísimo al pensar que mi novela podría estar en los estantes al lado de Eragon, en tapa dura, cuando llegó esto:

Estimado Carlos,

Le agradecemos que nos haya dado la oportunidad de examinar su novela. Lamentamos comunicarle que ha sido desestimada su publicación.

Reiteramos nuestro agradecimiento por la confianza depositada en nuestra labor editorial y aprovechamos esta ocasión para enviarle nuestro más cordial saludo.”

Mi primer rechazo. Bueno, mi novela no estaría al lado de Eragon, pero aún quedaba mi primera y principal opción: Versátil.

 

domingo, 13 de abril de 2014

Speed Paintings

Como ejercicio para mejorar mi pintura digital me he propuesto lo siguiente:

Copiar fotografías de paisajes utilizando sólo brushes de photshop (sin usar fototexturas) y escogiendo los colores a ojo, sin usar el color picker. Además el límite de tiempo es de una hora por ilustración.

Tengo intención de ir haciendo varios de estos hasta aprender un poco de gamas tonales, perspectiva cromática, etc.




sábado, 12 de abril de 2014

Caminando hacia un nuevo día

Ahora que he terminado definitivamente el ciclo superior de ilustración, me doy cuenta de que debo seguir aprendiendo: tras entretenerme dos años con técnicas y estilos varios, los cuales realmente no han despertado mi interés, me encuentro con que he descuidado aquello que se me daba bien.

He tenido abandonada la pintura digital bastante tiempo, produciendo muy poco. Me he propuesto retomarla y aprender, empezando por la creación de ambientes y escenarios.

Éste es el primer intento.

lunes, 7 de abril de 2014

One Kiss

One Kiss es un fanzine que tal vez auto edite un día para venderlo en salones del manga y similares. Es una frikada medio en broma, nacida de una "colaboración" que hicimos mi hermana y yo años atrás. Ella se entretenía dibujando historietas en una libreta sobre romances adolescentes manga que luego enseñaba a sus amigas. Un fin de semana, por puro aburrimiento, le pedí que me dejara dibujarle alguna página, y al final acabé por apoderarme de la libreta y dibujar la historia entera. Fue muy divertido tratar un tema tan ajeno a mis esferas habituales y dar mi particular visión de ese género tan influenciado por los mangas "shojo" para chicas.
Años más tarde encontré aquella libreta y pensé que sería divertido que la gente pudiera leer aquella historia bizarra, así que me puse a redibujarla, adaptándola y con miras a tener un fanzine sólido, curioso y entretenido.
En parte se trata de un ejercicio para variar temáticamente y reírse un poco de uno mismo.