martes, 14 de agosto de 2012

Diario de un escritor (I)

A menudo busco conocer las vidas personales que hay detrás de cada novela y cada escritor. Esos mundos ficticios y repletos de personajes tienen origen en la mente de una sola persona, su autor. Y como autor que soy, siento un gran interés por conocer a la persona que hay detrás del libro, qué les ha motivado y, sobretodo, cómo han llegado a publicar o al éxito.

Llevo tiempo pensando que me gustaría dejar algún tipo de registro de mi experiencia personal y que, tal vez, algún día alguien la encuentre interesante o provechosa. Así que empecé a escribir un "diario de escritor" hablando de las etapas que he seguido y que culminará en el momento en que consiga la edición (aún no ha llegado, pero llegará).

Hay que empezar por el principio:


Sobre cómo empezó todo


Desde que recuerdo me ha gustado vivir de mi imaginación. De pequeño nunca me aburría de jugar solo; me tomaba muy en serio mis fantasías. Creo que mi primer método para plasmar estas fantasías fue a través del dibujo, y en algún momento empecé también a escribir.

De bien pequeño, me dio muy fuerte por dibujar cómics. Mis primeras influencias fueron autores españoles como Francisco Ibáñez, o héroes de pacotilla como Súper López. Cree mis propios personajes: apenas recuerdo una pareja de ratones que debían enfrentarse a un gato mecánico o a Mr. Boom, un “superhéroe” cómico cuya cabeza estallaba cuando perdía los nervios. Por supuesto, luego intentaba vender estos cómics a mis familiares por 25 pesetas (vaya niño pesetero).

Pronto sentí la pasión por Dragon Ball, y los temas de mis cómics cambiaron. Éstos fueron, creo, el paso intermedio entre mi afición por el dibujo y mi afición por la escritura. Cuando iba a segundo o tercero de primaria gané los juegos florales de mi escuela con un relato de una página titulado “El dragón que no tenía amigos”. Recuerdo que quería escribir algo sobre alienígenas o súper guerreros, pero ya a esa tierna edad, pensé: “a los profes no les gustan ese tipo de historias, escribe algo constructivo y a lo mejor ganas”. Y ése fue todo el éxito literario que he visto en mi vida hasta ahora.

Uno de los dibujos más antiguos que conservo, de cuando tenía cinco ó seis años, creo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario