Cuando llegó el momento de presentar el trabajo final para la asignatura de animación, de temática libre, mis compañeros me dijeron que "no había huevos a presentarlo". Y yo, muy a lo Martin McFly, hice de esta divertida aberración mi proyecto final. Fue acogido con reacciones enfrentadas, pero en general recibió elogios por la factura técnica y la realización.
Pero lo importante es que yo me lo pasé como un enano mientras lo creaba.
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