domingo, 30 de marzo de 2014

Murdering Clay

Tras hacer un par de pruebas con la técnica del stop motion, empecé a grabar "Murdering Clay" como un entretenimiento y broma privada en que muñequitos de plastilina que nos representaban a mí y a algunos amigos se daban de tortas. Me lo pasé tan bien que la cosa empezó a crecer, y acabó contando con 8 episodios y más de 10 minutos de duración, y una "trama" surrealista que incluía a profesores del curso de ilustración.

Cuando llegó el momento de presentar el trabajo final para la asignatura de animación, de temática libre, mis compañeros me dijeron que "no había huevos a presentarlo". Y yo, muy a lo Martin McFly, hice de esta divertida aberración mi proyecto final. Fue acogido con reacciones enfrentadas, pero en general recibió elogios por la factura técnica y la realización.

Pero lo importante es que yo me lo pasé como un enano mientras lo creaba.

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario