lunes, 14 de abril de 2014

Diario de un escritor (V)

Sobre mis primeros pasos en el mundo editorial

Aún no había acabado de escribir Elberg cuando, al llegar a casa un fin de semana, me encontré un libro sobre mi mesa. Mi padre me lo había comprado para que le echara un vistazo: lo había publicado un chaval de 21 años y trataba de fantasía. Era “Cuentos de Bereth”, de Javier Ruescas. No se correspondía con el estilo de mi novela, pese a ser de fantasía, pero pensé: “si él lo ha conseguido, yo también puedo. Mi novela también es buena”.

Pero, ¿por dónde empezar? No tenía ningún conocido en el mundo editorial. No conocía a ningún escritor o agente literario, ni siquiera a un becario que le llevara los cafés a un editor. Lo primero que hice fue visitar la web de este autor novel cuya trayectoria quería imitar. Allí entré en el foro y vi que había una sección en la que algunas personas colgaban dibujos inspirados en la novela, así que decidí que yo también podía hacerlo. Y resultó: mis ilustraciones llamaron la atención del autor, que se puso en contacto conmigo. Era un principio.

Me enteré que en breve iba a venir a Barcelona a presentar su libro, así que fui. Allí, tras muchos nervios e inseguridades, reuní el valor para presentarme a la editora de Versátil (y de paso a la directora, a la ilustradora y al mismo Javier Ruescas, por supuesto) y me dijo: “¡ah, tú eres el de los dibujos!”. Le pregunté qué tenía que hacer para hacerles llegar mi obra y prometí enviársela en cuanto la tuviera lista.

A estas alturas ya casi no me quedaba nada por hacer. Cuando le hube puesto punto final a “Elberg” me pasé una semana entera en una cafetería releyendo y revisando (pasando de ir a clase) y al final fui con toda la ilusión del mundo a llevársela a la editora. Lamentablemente, los editores no reciben los manuscritos en mano, y fui despachado fríamente por una secretaria. Mi viaje no había sido tan fructífero como esperaba, ¡pero al menos en un mes aproximadamente iba a tener noticias!

Entretanto, una amiga de mi madre que tenía algún tipo de trato con los de Roca editorial me consiguió un e-mail de contacto. Les mandé, tal como me pidieron, una sinopsis y el primer capítulo, y poco después me pidieron que les enviara la novela entera. Estaba emocionadísimo al pensar que mi novela podría estar en los estantes al lado de Eragon, en tapa dura, cuando llegó esto:

Estimado Carlos,

Le agradecemos que nos haya dado la oportunidad de examinar su novela. Lamentamos comunicarle que ha sido desestimada su publicación.

Reiteramos nuestro agradecimiento por la confianza depositada en nuestra labor editorial y aprovechamos esta ocasión para enviarle nuestro más cordial saludo.”

Mi primer rechazo. Bueno, mi novela no estaría al lado de Eragon, pero aún quedaba mi primera y principal opción: Versátil.

 

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