Sobre Versátil
Pasó el mes y seguía sin
noticias de la editorial, así que decidí llamarles. La editora me contestó muy
cordialmente diciéndome que tenían más trabajo del previsto y que tardarían
algunos meses más en leerse mi manuscrito y que, probablemente, hasta
septiembre no podrían decirme nada. Tocó pasar un verano de nervios e
incertidumbre, pero estaba convencido de que estaría publicando en breve. ¡Ja! Qué
arrogancia más ingenua.
Pasó septiembre y seguía sin
noticias. Llamé de nuevo y, con igual cordialidad, la editora me dijo que
tenían mucho trabajo y que no volviera a molestarla más por ese asunto.
Avergonzadísimo, no volví a tocar el teléfono en meses.
El tiempo pasaba y no recibía
noticias. Durante este año asistí al curso de novela I de Aula de Escritores y
realicé unas valiosas modificaciones en la estructura de la novela gracias a
las críticas de mis compañeros. También envié la novela a alguna editorial más,
pequeñas sobretodo, por probar, pero la mayoría me dijeron directamente que la
fantasía no iba con sus planes editoriales o me rechazaron tras leer la
sinopsis. Una de ellas tuvo la desfachatez de decirme lo siguiente con sólo
leer un capítulo:
“Encontramos su novela muy interesante y de gran valor literario.
Sin embargo lamentamos comunicarle que en estos momentos
no se ajusta a bla,bla…”
El 12 de noviembre envié a
Versátil un e-mail con algunas ilustraciones que había realizado para la novela
(como excusa para hacerles saber que seguía a la espera) y recibí como
respuesta que se la habían empezado a leer y que les estaba gustando mucho.
Pasé las navidades emocionado, inquieto e impaciente, igual que el verano.
Era el 15 de Abril y seguía sin
noticias. Ya no podía más con la espera, y raro es que no me saliera una úlcera
de estómago. Había pasado un año entero desde que enviara la novela y, entre
resignado y enfadado, mandé el siguiente correo a Versátil:
“Puede que recuerdes el manuscrito titulado "Elberg" que os
envié el año pasado. Según tengo entendido estaba siendo leído sobre
diciembre-enero; supongo pues que si no he recibido noticias es porque ha sido
rechazado. En cualquier caso, si es posible, me gustaría saberlo.
Disculpa por la petición y gracias.”
Intenté ser lo más educado
posible, pero me parece que mi estado de ánimo translucía. Y finalmente recibí
una respuesta: se comprometían a tenerlo leído en un mes como mucho. Y así fue.
Recibí un e-mail en el que la editora decía querer reunirse conmigo en una
semana. Quería “comentarme algunas cosas”.
¿Habría dado resultado mi
insistencia, mi larga espera? ¿Iba a ver cumplido mi sueño? Pues no. Pero al
menos la editora se tomó un rato para hablarme cara a cara, apuntar lo bueno de
la novela y lo malo (mucho de lo cual había sido corregido durante este año).
Estaba decepcionado, pero al mismo tiempo contento: era mi aproximación
tangencial más cercana al mundo profesional hasta la fecha. Y pese a todo, mi
novela parecía tener muchos puntos buenos. Le comenté las modificaciones que
había realizado y que estaba a punto de enviar la novela a Sandra Bruna. Ella
me dijo que le había hablado de mí a un agente, que la mantuviera informada de
cómo avanzaba lo de Sandra Bruna y que le reenviara la novela corregida para
volvérsela a mirar. Parecía estar dándome una segunda oportunidad.
Primer plano random de Elissa
No hay comentarios:
Publicar un comentario