Evander Alaric es el personaje
principal de Elberg. Si la novela narra la historia de alguien, es la de
Evander. Hay una buena variedad de personajes, y a lo largo de la narración
vivimos los puntos de vista y los caminos divergentes de varios de ellos. Pero
Evander es el catalizador que sumerge, tanto al lector como al escritor, en la
trama y en el mundo de Balasta.
El primer dibujo que hice de Evander, justo cuandop empezaba a escribir la novela.
Quería escribir una historia de
aventuras, una fantasía épica. Pero no deseaba que estuviera repleta de héroes
poderosísimos o magias arcanas que transmutan el mundo. Quería experimentar la
aventura desde un punto de vista humano y realista. Los héroes de este tipo de
novelas suelen tener grandes poderes, o aptitudes especiales, están marcados
por el destino y cumplen un papel que nadie más podría hacer. Pero, ¿qué
pasaría si el héroe fuera un chico normal, alguien mundano como podemos ser
cada uno de nosotros? ¿Qué limitaciones experimentaría? ¿Cómo enfrentaría y
solventaría situaciones de peligro? ¿Qué sentimientos experimentaría ante la
dificultad, ante lo desconocido? Sus únicas herramientas serían la voluntad, el
ingenio y el esfuerzo. Esta es una novela de capa y espada, pero, tal como dice
el sacerdote de su pueblo, Evander está más dotado para ser monaguillo que
espadachín. Quería que Evander fuera ese tipo de protagonista.
Pero Evander no es un joven del
todo corriente. Dentro del contexto que lo rodea, tiene muchas peculiaridades.
En una época y lugar donde el analfabetismo y la ignorancia son la norma, él
muestra ciertas inquietudes. Es un soñador y un inconformista, pero también un
inocente y un inseguro. Si hubiera que definirle con una problemática, esta
sería que no encaja en su entorno. Muchos adolescentes se sienten incomprendidos,
y Evander tiene motivos para ello. No obstante, pronto descubrirá que la vida
puede ser mucho más dura e intransigente y que el camino para convertirse de
niño a hombre no es plácido ni fácil. Si queréis descubrir más acerca de él,
¡sumergíos en las páginas de Elberg!
No hay comentarios:
Publicar un comentario